lunes, 13 de julio de 2009

Músicos y grupos musicales más destacados

SALVADOR BUSTAMANTE CELI

Nació en Loja el 1° de marzo de 1.876, hijo legítimo del maestro Teodosio Bustamante Vivar, célebre organista, tenor, compositor de sanjuanitos y yaravíes, (1) y de Mercedes Celi, música. En 1.882 estudió las primeras letras en la escuela de los Hermanos Cristianos de su ciudad natal con singular muestra de aplicación. Durante las vacaciones escolares en Malacatos recibió sus primeras nociones musicales del maestro Miguel Cabrera. 1.889 murió su padre y el Cabildo lojano lo mandó becado a estudiar talabartería en la Casa de Artes y Oficios de los Salesianos en Quito y también logró perfeccionarse en arte musical con los profesores Aparicio Córdova y Pablo Ramos.

Para 1.900 era organista de la Iglesia Catedral de Lima y profesor de numerosos hogares donde le apreciaban por la sencillez de sus modales. En 1.913 volvió a Loja y formó el "Sexteto Lejano" que al ser escuchado por el gobernador Pío Jaramillo Alvarado, logró que dicha autoridad patrocinara un viaje a la capital, donde se presentaron con gran éxito en el Teatro Sucre. Posteriormente formó la banda de música de la "Sociedad Obreros de Loja" y organizó la Banda de la Policía que se refundió con la de la "Unión Obrera".

CONJUNTO "ALMA LOJANA"

Luego que el Conjunto alcanzó resonantes triunfos y sentado prestigio a nivel provincial, el Centro Cultural Independencia "Segundo Javier Riofrío" de esta ciudad, auspicia y propone a la agrupación artística realizar una gira por el norte del vecino País (Perú).

La agrupación conformada por 10 elementos, a los que se agregaron 2 más, Pepe Romero y Luís Narváez de Cariamanga, inician la Gira por algunos Cantones de la Provincia, para pasar posteriormente a la ciudad Chiclayo (Perú) y otras fronterizas, en cuyos lugares fueron frenéticamente ovacionados y son gratamente recordados. Sus actuaciones principales las hicieron a través de Radio "Délcar" del Perú.

A su regreso a Loja el pueblo les hizo un entusiasta recibimiento que permanece imborrable en sus mentes.


SEGUNDO CUEVA CELI

El niño se hizo tímido y meditabundo y rehuía el trato de sus compañeritos de escuela, refugiándose en la música pues poseía buen oído y excelente voz y aprendió sin maestros. Cuando ingresó al Colegio de los Hermanos Cristianos ya sabía tocar al piano con alguna destreza y fue la admiración de todos. El mismo diría después: "Era yo muy niño, iba a la escuela, a la espalda un morral y en mis manos un rondín y todas las mañanas al volver de clases, el Gerente de la Singer, un señor Lebly, me esperaba al paso y luego de oírme tocar, me regalaba una peseta. Mi nuevo profesor, el Hermano francés Antonino, solía decir: A Segundo debemos ponerlo en manos del franciscano Antonio Vega, gran violinista doctorado en Lima, quien hizo de mí un amante de la música. Desde los siete años empecé a escribir música religiosa para el Coro de San Francisco; más tarde, vino la música profana, particularmente la de la tierra, pues el padre Vega me enseñó composición, armonía, dictado musical". De nueve años se presentó por primera vez en público con gran éxito, ejecutando piezas sencillas en el armonio de esa iglesia pues sus piernas no alcanzaban los pedales.

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